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Comunidades Indígenas amenazadas por proyecto de excavación “Magallanes”

  • María Lucía Carrillo
  • 26 feb 2016
  • 3 Min. de lectura


U’wa es una comunidad indígena de aproximadamente siete mil personas ubicada en los departamentos de Santander, Norte de Santander y Boyacá. Algunos de sus asentamientos, como el de Toledo (Norte de Santander), resultan ser especialmente ricos en recursos energéticos y mineros; es por ello que la oportunidad de una posible explotación de petroleo llama la atención de empresas como Ecopetrol u Occidental Petroleum (OXY).


Lo anterior presenta un choque directo de intereses: mientras los U’wa tienen ideales claros que protegen y valoran la naturaleza como si fuera su propia madre, las empresas mencionadas anteriormente defienden su oportunidad de beneficiarse de la explotación y mover su economía. El esfuerzo de los U’wa para defender su territorio y sus tradiciones se vuelve cada vez más complicado y a pesar de haber sido escuchados y apoyados por organizaciones globales como Amazon Watch, el conflicto se hace cada vez más complejo. Por tanto, es urgente encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de cada una de las partes involucradas.


Los U’wa son una gran comunidad indígena que hace parte del país, reconocida por sus ideales y su incansable esfuerzo para protegerlos. Los U’wa tienen una visión de la naturaleza como unidad, todo se relaciona y nada nos hace diferentes a la tierra; es fundamental tener en cuenta que para estas personas es una ofensa a su madre tierra la explotación de sus recursos y hasta la consideración del proyecto minero es un ataque a sus ideales. De hecho, la comunidad U’wa considera el petroleo como sangre de la madre tierra y extraerlo sería como desangrarla y matarla; por lo mismo, están abiertamente en contra de las iniciativas de las empresas petroleras. Dichos indígenas tienen toda la intención de preservar estas ideas y tradiciones que se remontan a sus ancestros, pero también son conscientes de que esto se está viendo directamente amenazado. Los U’wa van a defender firmemente su territorio de vida, sus derechos y su apreciación a la naturaleza que es parte fundamental de su cultura, incluso pensando en llegar y a acudir de la ayuda de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).


Por otro lado, tenemos que considerar las empresas de Ecopetrol y OXY. Estas grandes empresas han hecho ya acuerdos con el gobierno y han adquirido derechos para desarrollar estos proyectos. En efecto, actualmente la empresa Ecopetrol ha iniciado la exploración en territorio cercano al asentamiento U’wa y cada vez se acerca más a la tierra sagrada de estos indígenas. Es indudable que el petróleo es un factor definitivo en la economía global y nacional y es una ventaja para el desarrollo económico del país, lo cual es un motivo importante para que el gobierno reconsidere la situación y tenga en cuenta este punto de vista. Claramente, no solo es un impulso a la economía nacional sino también es un gran beneficio privado. Por ende, dichas empresas están empeñadas en llevar a cabo la explotación de gran potencial a pesar de conocer, no sólo los daños ambientales en general, si no la afectación directa a una comunidad que literalmente encuentra vida en el territorio en juego.


Para concluir, hay que tener claridad sobre el contraste de intereses que es visto en este conflicto. La excavación minera, que por el momento se ve detenida, implicaría una “invasión” a territorio sagrado indígena. Por lo tanto, se tendría que pensar en una reubicación de los U’wa, pero estas comunidades no piensan ceder, puesto que este territorio representa también su cultura y tradiciones. Además, no solo está en juego el sitio de vida de los indígenas U’wa sino la integridad ecológica de dicho territorio. Finalmente nos podemos preguntar si hay alguna manera de llegar a una negociación que represente beneficios para ambas partes, ya que tanto la comunidad indígena como las empresas petroleras tienen derecho a defender sus intereses.

 
 
 

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